Los metales, como arsénico, plomo, cadmio, mercurio entre otros se encuentran en ciertos alimentos. En niveles altos, estos metales pueden ser tóxicos, pero no siempre es posible eliminarlos completamente de nuestro suministro de alimentos porque estos metales se encuentran en el aire, el agua y el suelo y luego son absorbidos por las plantas a medida que crecen.
La FDA está monitoreando activamente los niveles de estos metales en el suministro de alimentos. Con el fin de adoptar un enfoque sistemático para reducir los riesgos que plantean estos metales, especialmente para las poblaciones vulnerables, como bebés y niños, que son los más susceptibles a algunos de los efectos neurológicos y de desarrollo perjudiciales.
Han desarrollado un grupo de trabajo formado por líderes y gerentes de riesgo en el Centro para la Seguridad Alimentaria y la Nutrición Aplicada (CFSAN) con experiencia en microbiología, toxicología, química, medicina, epidemiología, política y derecho.
El grupo de trabajo se está enfocando primero en: plomo, arsénico, cadmio y mercurio en alimentos, cosméticos y suplementos dietéticos, porque los altos niveles de exposición a esos metales probablemente tengan el impacto más significativo en la salud pública.
¿En que consiste el estudio? Rutinariamente se toman muestras de los productos que se encuentran en las tiendas de comestibles de todo el país y se analiza para detectar cientos de contaminantes, incluidos estos metales. Estos datos son importantes porque ayudarn a comprender mejor cómo los consumidores están expuestos a estos contaminantes. Las personas vulnerables a los efectos nocivos de los metales en los alimentos incluyen bebés y niños, ancianos y consumidores que pueden tener condiciones de salud crónicas. Se está prestando especial atención a los niños porque su tamaño corporal más pequeño y su metabolismo pueden hacerlos más susceptibles a los efectos nocivos de estos metales. De particular preocupación es el efecto que estos metales tienen en el desarrollo neurológico de los mismos.
La FDA se compromete a utilizar la mejor información científica disponible para informar y respaldar las decisiones de política sobre metales tóxicos. Existen niveles específicos establecidos para el arsénico, el plomo, el cadmio y el mercurio en una variedad de alimentos, en términos más generales, la FDA tiene autoridad para actuar caso por caso donde se encuentra un alimento adulterado.
Comprender el riesgo que representan estos metales en nuestro suministro de alimentos se complica por el hecho de que ninguna fuente de alimentos es responsable de la exposición de la mayoría de las personas a los metales en los alimentos. La exposición de las personas a estos metales proviene de muchos alimentos diferentes que contienen bajos niveles de estos metales. Combinando todos los alimentos que comemos, estos niveles bajos a veces pueden sumar un nivel de preocupación.
Comparto el documento de la FDA que explica esto.
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